martes, 15 de septiembre de 2009

MEJOR NO HABLAR DE CIERTAS COSAS

Hoy en día para que un medio pueda seguir subsistiendo en este sistema, ya no alcanza con informar, también hay que saber vender.
Con el comienzo de la globalización, los medios de comunicación comenzaron a experimentar grandes cambios, las noticias pasaron a ser un producto más, que se vende y se compra. Estamos sumergidos en esta sociedad de consumo, donde nada se le escapa: qué conviene dar a conocer, en qué momento, de qué es mejor no hablar…
En el texto “La noticia es ficción”, Pasquín Durán explica “El criterio de selección noticiosa es distinto en las prioridades. La noticia busca atrapar la atención de la audiencia”. Esto significa que, ahora, la noticia es un producto de la industria de la información. El medio muestra lo que sus consumidores quieren ver.
El diario Crónica Argentina, fundado por Jorge Lanata, sorprende con sus tapas: realidad, humor, noticias. Este diario juega mucho con la ficción, ya que mezcla éstos elementos con la realidad. Tuvo que hacer un gran esfuerzo y pensar algo innovador, ya que iba a competir con grandes monstruos. Cuenta con una importante producción en su diseño de imágenes, y, sobre todo tuvo una gran publicidad de America TV un día antes de su lanzamiento. Salía al mercado, y tenía que estar preparado.
Este diario tiene una línea opositora al gobierno, y se muestra independiente en su discurso. Con una tirada de 6.000 ejemplares diarios, no pierde su esencia. Tiene que ganarse a sus lectores y para eso recurre a las personalidades, como por ejemplo, cuenta con el escritor Osvaldo Bayer.
Todo sigue siendo un gran negocio, el diario tiene una mayor oferta, para conseguir una mayor demanda. Ya no importan las noticias, solo hay que vender. El parámetro para considerar que es noticia, son las personas que compran el diario.
Por eso, es que a un diario o a una radio independiente le cuesta tanto subsistir, tiene que “transar” para poder seguir publicando o saliendo al aire. Para decir lo que en realidad pasa y no lo que quieren que pensemos que pasa.

martes, 8 de septiembre de 2009

VIOLENCIA DE GENERO


“Por favor, llamen a la policía. Me está matando” fueron las últimas palabras que Susana, de 35 años, dijo antes de ser asesinada a golpes por su pareja, en el barrio porteño de Caballito, el jueves 2 de Julio. Sus súplicas fueron escuchadas por sus vecinos quienes dijeron en los medios que no era la primera vez que Susana era golpeada. Nadie desconocía lo que sucedía en la casa. Susana ya había realizado varias denuncias en la Comisaría de La Mujer, y también había solicitado la exclusión del hogar de su pareja. Pero la Justicia aún no la había escuchado.

Según un registro realizado por “La Casa del Encuentro”, que utilizó como fuente las agencias Telam y DyN, y 43 diarios de distribución nacional y provincial, 82 mujeres fueron asesinadas en los primeros seis meses del 2009. Más de la mitad de éstos femicidios se produjeron a manos de la pareja: novios, amantes, esposos, ex parejas.


Toda violencia hacía las mujeres es una violación a los derechos humanos, sin embargo, nos encontramos cada día con una nueva mujer victima de violencia. Las mujeres siguen siendo golpeadas con el aval de la justicia, que es machista y no actúa cuando hay una mujer en riesgo.


El problema no es actual, es una cuestión social-cultural de esta sociedad machista. Las mujeres sufrimos opresión por el sólo hecho de ser mujeres en todos los ámbitos de nuestras vidas. La subordinación de las mujeres tampoco hace distinción de edades y las formas en que se manifiesta son múltiples: desde los chistes machistas que escuchamos adonde vamos, hasta las crueldades más aberrantes.


Las mujeres sufrimos una opresión específica por el lugar subordinado que ocupamos en la sociedad, como en la familia, y somos discriminadas en todas las esferas de la actividad económica, social y política. La sociedad responsabiliza a las mujeres por la crianza de los hijos. En el hogar, sigue rigiendo la autoridad del varón en la familia, por eso la sociedad es tan condescendiente cuando un hombre castiga a “su” mujer.


El estado debe garantizar políticas de género para poder cambiar ésta situación. Tanto desde la educación en las escuelas, como en los medios y en todos los ámbitos culturales relevantes. Las mujeres tenemos la necesidad de que la justicia actúe rápido, ya que si sigue siendo lenta y burocrática, nos vamos a terminar acostumbrando a escuchar casos como el de Susana.