Hace diez años se produjo el Argentinazo, el pueblo salió y combatió en las calles, cansado de mentiras, cansado del hambre, cansado de que nos pisoteen la dignidad. Se logró, por primera vez en la historia echar a un presidente, pero se pedía que se vayan todos. ¿Qué quedó de eso?
Duhalde nuevamente se candidatea para presentarse a elecciones para presidente, el hombre que dijo la famosa frase “el que deposito dólar, recibirá dólar” y después pesificó los ahorros. La gente ya no creía en los bancos, eran repudiados y escrachados.
Menem, que vendió la argentina en los noventa, y dejó miles de familias en la calle, hoy está libre, es diputado y apoya al Frente para la Victoria en La Rioja. Años atrás, cuando Menem era presidente, Kirchner lo apoyaba a él en Santa Cruz. Se cuidan mutuamente, debe ser una forma de no perder el poder.
Los diferentes gobernadores peronistas o radicales que estaban en ese tiempo, aun continúan en el poder, varían los lugares, pero siempre son los mismos. Un ejemplo son los radicales que llegaron con el Frepaso o Ballestrini, que en ese tiempo fue intendente del partido de La Matanza y hoy es, y se vuelve a postular para “Conducción”, aunque esté internado.
A partir del Argentinazo se perdió la credibilidad en las instituciones, como el Congreso de la Nación, la Corte Suprema de Justicia, el Fondo Monetario Internacional o los bancos. Pero aquí sí vemos un cambio, en éstos diez años, se trabajo para que la gente pueda volver a creer.
En el Congreso hoy existe pluralidad, a menos que la presidenta apruebe algo por decreto, ahora hay debate, se vio claro con la ley 125. También hubo cambios en la Corte Suprema de Justicia, como la incorporación del Ministro Eugenio Zaffaroni, con una mirada totalmente distinta.
Con el Fondo Monetario Internacional pasa algo muy extraño, si bien el gobierno lo repudia y lo critica, fue el gobierno que más pagó a los organismos financieros internacionales. Tan buen pagador que llegó a pagar la deuda generada por la dictadura, por adelantado en 2005 (u$ 10.000 millones).
El balance de estos 10 años demuestra que muchas cosas cambiaron, pero muchas otras todavía no, que siguen los mismos de siempre y que queda en nosotros, estudiantes y jóvenes trabajadores continuar con la lucha. Un claro ejemplo de ésta lucha y también de lo que sigue igual, el caso de Mariano Ferreyra, por el cual exigimos justicia.
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