
Es muy importante mantener siempre presente la lucha de los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos y otros cientos de caídos, tanto durante la dictadura como en el período previo de la lucha antigolpista contra la Triple A.
A fines de los años 60 se sucedieron en el país grandes movilizaciones protagonizadas por obreros y estudiantes que encontrarían su máxima expresión con el famoso Cordobazo, que terminaría con la dictadura de Onganía. El Cordobazo abrió un período de auge de la lucha popular, período que cerrarían las clases dominantes con el golpe del 76.
El golpe de estado fue alentado y llevado a cabo por los grandes terratenientes, el imperialismo y los sectores de la burguesía. Pero también apoyado en un comienzo por partidos de izquierda, opuestos al Peronismos, como el Partido Comunista, entre otros.
Ya durante los gobiernos de Perón y de Isabel los golpistas comenzaron a conspirar, utilizando los medios del estado que se encontraban en sus manos, con el fin de preparar el terreno para el golpe. Durante ese período tenían el control del estado pero no el gobierno. Así, se abrió un período de lucha antigolpista donde hubo cientos lo asesinados, por denunciarlo y enfrentarlo.
Finalmente en el año 76 lograron instaurar el gobierno de facto y comenzó la más sangrienta dictadura. Vinieron para terminar con los intentos de desarrollo que la Argentina llevaba a adelante. Por lo tanto, fue un golpe de estado que vino a “tirar las chimeneas”, o sea, que tuvo el claro objetivo de desindustrializar el país, y volver al modelo Agro-exportador.
No fue solo eso, sino que principalmente vino a terminar con la organización y movilización de la clase obrera, con sus sindicatos y delegados, a los que las clases dominantes llamaban aterrorizadas “soviets de fábrica”. Así, impuso el terror fascista, torturando, asesinando y desapareciendo a miles de obreros, estudiantes y demás luchadores populares. Mientras distraían la atención con Mundial de Fútbol.
La resistencia fue tenaz y participaron muchos sectores, que comenzaron a marcar el fin de la dictadura. La lucha de las Madres de Plaza de Mayo se convirtió en símbolo de la resistencia.
La dictadura dejó un país desindustrializado, con una gran parte del pueblo sumergida en la más profunda pobreza, una enorme deuda externa, y totalmente dependiente de los países imperialistas. Alfonsin negoció una salida “ordenada”, y provocó un robo inflacionario de los salarios. Menem completaría las tareas que comenzó la dictadura, o sea, la desindustrialización y entrega del país.
Hoy las empresas que prepararon y se beneficiaron con el golpe son las mismas que hoy se favorecen con la política de dólar alto, salarios de hambre y la continuidad del país agroexportador.
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